
Este verano de 2007 como ningún otro, he visto los palos borrachos por toda la ciudad, por plazas, microcentro y aledaños, cargados de flores enormes. Un presagio rosa fuerte que se derrama por las veredas. Jaja, a lo mejor son frutos y no flores. Lo cierto es que les he sacado fotos y fotos. Comparto una.
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