El pedacito de tortilla y el chow
Las caricias el contacto la piel entre la camisa y la piel
bajo la camisa y el pelo y los pelos de la muñeca escondidos en la manga, atrás de la manga y las rayas de la camisa que de pronto es una prisión un cóctel por inventar donde las rayas baten los tragos largos, largos y sensuales largos y maduros en un bar abandonado de la mano de los barestenders que traen tragos demasiado dulces, demasiado festivos, en la opacidad de la noche de un jueves donde la felicidad se ciñe a los días hábiles, y los días festivos días de ruinosa tranquilidad
Pero volviendo a estas ficciones de las ausencias a las realidades de los bosques que parecen plazas o viceversa, la gran Luna de hoy se multiplica, en una noche de halloween donde o es truco o dulce, y en el dulce truco, esta el conejo que saca de la galera un galeón una pierna para poder vestirnos con ropajes de la tierra de nunca jamás y peter no comas pan de wendy ni medialunas caseras. Solo abrazame aunque sea con tu sombra con los restos con las cabezas de los númenes. Tú.
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