martes, 12 de junio de 2012

Blancanieves y el cazador con Kristen Stewart


Proliferación de Blancanieves en el cine: en el menú hay dos bellas maduras que hacen de villanas: Julia Roberts y Charlize Theron. (Siempre me atrajo más Cenicienta que Blancanieves pero seguramente Cenicienta como tema ha sido más explotado y agotado). Esto me recuerda la casi simultánea aparición de las últimas versiones del increíble Hulk (una con Edward Norton y la otra con Erik Dana).

Blancanieves y el Cazador (Snow White and the Huntsman), a nivel guión y narrativa tiene un conjunto de elementos, algunos bien zurcidos y otros menos, posee una mezcla de lugares comunes y vueltas de tuerca sobre temas trillados. Logra entretener con efectos especiales, referencias a otras películas, una dosis de épica y buenos actores que recitan sus papeles acorde al cliché. El final da a entender que se filmó pensando en la secuela, por lo que deja un poco frustrados a los espectadores con la historia romántica.


El casting es excelente y los enanos y su historia tienen un rol protagónico con actorazos como Bob Hoskins, Eddie Marsan, Tobby Jones, etc. El efecto de reducción de los cuerpos recuerda al de los Hobbits del Señor de los Anillos. Otro déja vu menos evidente está en los efectos especiales de la malvada reina que progresivamente se va ennegreciendo y va mostrando más afinidad con los cuervos y sus plumas (acá me acordé de "El cisne negro"). En el bosque y el pantano tiene versiones malignas y benignas, infierno y paraíso terrenales,  hay de todo: enanos, hadas, trolls gigantes, árboles vivientes, ramas amenazadoras, hongos alucinógenos y, cuando aparece la naturaleza virtuosa, se la ve integrada y llena de vida como en Avatar
pero menos linda. Estas mezclas de realismo y seres mágicos a veces no congenian del todo, sorprende la aparición de un Troll gigante a quien Blancanieves vence y seduce como si estuviéramos en King Kong. También se le aparece un ciervo blanco enorme quien se rinde frente a su pureza, Blancanieves es la esencia de la vida y de lo vivo, la conexión con la naturaleza y la creación. La nieve sin embargo es fría y es difícil conectarla como metáfora del bien o de la naturaleza, sólo la salva el color blanco.
En la película el bien y el mal difieren, pero están entrelazados. Charlize Therón actúa con carácter, en una villana menos edulcorada que la construida por Julia Roberts. Otra referencia más o menos explícita en la construcción del personaje de Reina es que se va vampirizando a medida que se revela su naturaleza maligna. Tiene un pacto con el espejo que la mantiene joven, como en el libro El retrato de Dorian Gray ( The Picture of Dorian Gray, 1890)de Oscar Wilde.